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Alabanza de la castidad

1
1. Oh cuan bella, etc. En griego: más vale la esterilidad virtuosa. Es continuación del capítulo anterior, versículo 13 y siguientes. Este elogio del matrimonio casto y legítimo, y más aún de la virginidad, se aplica en la Liturgia a las Santas Vírgenes. Véase I Corintios, capítulo 7.
Oh, ¡cuán bella es la generación casta con claridad!

Inmortal es su memoria, y en honor delante de Dios y de los hombres.

2Cuando está presente, la imitan;

y cuando se ausenta, la echan de menos;

coronada triunfa eternamente,

ganando el premio en combates inmaculados.

3Pero la raza de los impíos, aunque multiplicada, de nada servirá;

no echarán hondas raíces los pimpollos bastardos,

ni tendrán una estable consistencia.

4Que si por algún tiempo brotan sus ramas,

como no están firmes serán sacudidos por el viento,

y desarraigados por la violencia del huracán.

5Con lo que serán desgajadas sus ramas antes de acabar de formarse;

inútiles y de áspero gusto son sus frutos,

y para nada buenos.

6
6. Nótese la trágica elocuencia de este argumento, igualmente aplicable a los divorciados, que dejan sin padres a sus propios hijos. Véase Malaquías 2, 14 y siguientes. Ojalá que todos los hijos de padres cristianos pudieran decir, como el joven Tobías: Somos hijos de santos (Tobías 2, 18).
Porque los hijos nacidos de uniones ilícitas,

al preguntárseles de quién son,

vienen a ser testigos que deponen contra la maldad de sus padres.

De la temprana muerte de los justos

7
7. Lugar de refrigerio: se refiere al sitio donde se encuentran las almas. (Apocalipsis 6, 9-11), a la espera de la resurrección gloriosa de los cuerpos (3, 3 y nota).
Mas el justo, aunque arrebatado de la muerte,

estará en lugar de refrigerio.

8
8. La plenitud de la vida no está en los muchos años; está en la perfección. “¿Qué importa ser joven, cuando al ímpetu de la juventud no se une la reflexión y la prudencia? y ¿qué aprovecha ser anciano, si el largo rodar de los años no logró acabar con la frivolidad y ligereza?” (Fernández, Flor. Bibl. IX, p. 20 s.). La piedad y sabiduría suplen lo que falta del número de años. Véase Salmo 118, 99 s.; Proverbios 1, 4 y nota. Corneille, en El Cid, se vale de este concepto.
Porque no hacen venerable la vejez los muchos días ni los muchos años;

sino que la prudencia del hombre suple las canas,

9y es edad anciana la vida inmaculada.

10
10. Así el patriarca Henoc fue trasladado a otra parte (Génesis 5, 24 y nota). Véase Eclesiástico 44, 16; Hebreos 11, 5.
Porque agradó a Dios, fue amado de Él;

y cómo vivía entre los pecadores, fue trasladado a otra parte.

11
11. y siguientes. Esta palabra que nos enseña que todo lo hace Dios por misericordia y para nuestro mayor bien (Romanos 8, 28) es un inmenso consuelo para los que pierden en la flor de la juventud a sus seres queridos. No lo olvidemos en nuestras cartas de condolencia.
Fue arrebatado para que la malicia no alterase su modo de pensar,

ni sedujesen su alma las apariencias.

12
12 s. Es “la fascinación de la bagatela”: Véase Eclesiastés 7, 40; Salmo 13, 1 y notas. La inconstancia de la concupiscencia pervierte el ánimo inocente: “De donde da a entender el Espíritu Santo, que aunque no haya precedido malicia concebida en el entendimiento del alma, solo la concupiscencia y gozo de estas basta para hacer en ella este primer grado de este daño, que es el embotamiento de la mente y oscuridad del juicio para entender bien la verdad y juzgar de cada cosa como es” (San Juan de la Cruz, Subida del Monte Carmelo, III, 18). Con lo poco que vivió (versículo 13): Ese mismo Santo nos explica cómo el amor llena los pocos años y suple un largo periodo de vida (cf. I Corintios 13). Es lo que nos descubrió Jesús en la parábola de los obreros de la última hora (Mateo 20, 1 y siguientes.).
Pues el hechizo de la vanidad oscurece el bien;

y la inconstancia de la concupiscencia pervierte el ánimo inocente.

13Con lo poco que vivió, llenó una larga vida.

14Porque su alma era grata a Dios;

por eso se apresuró Él a sacarle de en medio de los malvados.

Mas viendo las gentes, no entendieron, ni reflexionaron en su corazón:

15que la gracia de Dios y la misericordia son para sus santos,

y que Él fija su mirada sobre los escogidos.

16El justo muerto condena a los impíos que viven;

y su juventud presto acabada, la larga vida del pecador.

17Verán el fin del hombre prudente,

y no comprenderán los designios de Dios sobre él,

ni cómo el Señor le ha puesto en salvo.

18Le verán, y le mirarán con desprecio,

mas el Señor se burlará de ellos.

El fin tremendo de los impíos

19
19. Perecerá su memoria. Véase Salmo 9B, 6; Proverbios 10, 7.
Al cabo vendrán a morir sin honor,

y estarán con eterna infamia entre los muertos;

porque Él hará que hinchados revienten por medio,

sin que osen abrir su boca,

y los desquiciará desde los cimientos.

Serán reducidos a extrema desolación;

quedarán gimiendo, y perecerá su memoria.

20
20. Los pecados son representados como personas que acusan en el día del juicio a los malvados, de modo que estos no podrán negarlos ni excusarlos. Jesús dice que el juez será la palabra por Él predicada y que no quisieron escuchar (Juan 12, 48). Cf. Romanos 2, 15 y nota.
Comparecerán llenos de espanto por el remordimiento de sus pecados,

y sus iniquidades se levantarán contra ellos.
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